ESCRITOS por RAFA GOMEZ

In memoriam

ENCUENTRO
Recuerdo que te vencí,
Cuando me atropelló aquel automóvil
En la plaza de mercado.
Luego nuevamente,
Cuando la camioneta me tiró
De la calle al andén,
E insististe neciamente
Cuando aquellos indígenas borrachos
Se armaron con rifles y escopetas…

¡No! No es la primera vez
Que nos encontramos.
¡No! No es la primera vez que te veo.
¡No! Definitivamente
Ya hemos tenido muchos encuentros,
Ya te perdí el miedo.

Muerte de hospital
Muerte de guerra
Muerte de hambre
Muerte de Estado
Muerte militar
Muerte hija de puta.

Pero ahora es diferente.
Ahora yo sorprendo, te busco,
Te salgo al encuentro,
Te persigo, te agobio, te reto…
Te da náuseas tanta vida…
Es tu fin, muerte. Estás muerta, muerte…

PARAÍSO
Risa de niños,
Partido de futbol,
Baño en piscina,
Lectura de prensa,
Almuerzo en la calle,
Sueño en la tarde…
Día contigo…

MI HERIDA Y SU RASTRO

Voy arrastrando una herida,
Que cada día se hace más grande
Y más profunda…
Me desangra, consume mis fuerzas,
No la miro y sigo…
Pero ella vuelve a minarme…
No importa, si esta herida que me desangra
Está dejando un rastro…

PREGUNTA
No sé si cada vez que alguien nace, muere…
O si cada vez que alguien muere, nace…
O ambas cosas a la vez…

ESCATOLOGIA EMBERA
Al comienzo del principio, cuando el tiempo era niño y el hombre era anciano, el sabio más sabio de los embera predijo su final.
Todos estuvieron atentos.

Cuando lo visitó Peu (la muerte), empezó a brotar de él una extraña y desconocida planta. Algunos dicen que salió de su boca, otros que salió de su nariz; todos la llamaron Pe (maíz).
Hoy ellos saben que el embera no muere, el embera siempre nace, el embera no se entierra, el embera se siembra, se riega (peui), como quien no quiere que la tierra se desangre, como se esparce a los cuatro vientos Pe (maíz), después de la socola.
Ellos son la gente de maíz.

De Rafa Gómez “Recogiendo tus Palabras…”

EL CHOCÓ DE IÑIGO, RAFA Y JORGE LUIS

En la época de la colonización los territorios fueron explotados en la búsqueda de oro y plata y minerales en general, los negros e indígenas fueron los trabajadores y esclavos de la actividad de la extracción. Después de la abolición de la esclavitud los terrenos fueron dejados a negros e indígenas, pero jurídicamente las tierras seguían siendo baldías y consideradas zona de Reserva Forestal hasta la constitución de 1.991, donde se reconoce la propiedad de estos terrenos a las comunidades, por presión y exigencia de las mismas comunidades; sin embargo, siete años después, no se había hecho todavía efectiva la titulación de estas tierras

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